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¡Es muy fácil!
Hornea una torta en un molde redondo y la otra en uno cuadrado.
Ten en cuenta que el diámetro del molde redondo debe ser igual al lado del molde cuadrado.
Corta por la mitad la torta redonda y júntala con las aristas de la torta cuadrada.
¡Sólo resta cubrirla con el color que más te guste!