A partir del caso colombiano, otros países se han sumado a esta tendencia, aunque no con los mismos esquemas. El ejemplo más reciente ha sido Perú que, a través del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, anunció que para el pasado 9 de febrero de 2024 entraba en vigor la ley que regula "los juegos a distancia" -otra forma de llamar al póker y otros juegos en línea- para así velar por "la seguridad de apostador, el juego responsable y la formalización de la actividad". ¿Cuál es el panorama en otros países y qué beneficios pueden obtener en el mediano y largo plazo? Revisémoslo a continuación.

El panorama de la industria de póker en línea en América Latina

Está claro que hay tres países de la región que pueden ser las principales potencias de la industria del póker en línea: Argentina, México y Brasil. Por tamaño de mercado y por la importancia en el bloque, argentinos, mexicanos y brasileños pueden estar perdiendo una oportunidad de oro al no seguir el ejemplo de Perú o Colombia. Aunque no están del todo fuera del juego

Contrario a los ejemplos ya mencionados, en Argentina han optado por regular por provincias y no a nivel país. Lo anterior no significa que exista una cobertura ínfima de la ley en lo que respecta a legislar el juego de azar y el póker en línea: todo lo contrario, pues más de la mitad de las provincias tienen un marco regulatorio, con especial énfasis en la Provincia de Buenos Aires, la más poblada y de mayor relevancia nacional. Desde 2021, en la provincia que alberga la capital argentina cobra tres tipos de impuestos a reguladores y operadoras por ingresos y utilidades. Estas ganancias van destinadas las propias municipalidades y a las rentas del país.

El caso de México es por demás particular. Tiene una palpable tradición ligada a los juegos de azar, misma que está bastante arraigada en la sociedad. Esto se puede ver desde la "lotería mexicana" hasta en los cientos de establecimientos de juego distribuidos a lo largo del territorio mexicano. En el plano en línea, aunque existe una variada oferta de póker, blackjack y otras opciones, no hay una regulación federal que siente las bases para que operen de forma controlada. De hecho, la Ley Federal de Juegos y Sorteos, misma que pretende controlar este tipo de actividades, se vislumbra obsoleta ante la realidad actual, pues su última modificación data... ¡del 31 de diciembre de 1947!

No obstante, se sabe que este es un mercado que solo está esperando despuntar. En julio del año pasado, la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuestas (AIEJA) declaró que se prevé un crecimiento del 100% de los juegos online en todo el país, un desarrollo que se tiene proyectado para los siguientes siete años.

Brasil, por su parte, ha hecho su trabajo, pero con las leyes todavía en el tintero. Aunque el póker y las apuestas en línea no son ilegales, aún no se ha creado la reglamentación que las regule. En 2018 se aprobó una ley que pretendía llegar a ello, pero se pospuso y no se desarrolló más, quedándose en una especie de impasse a nivel legislativo.

Una apuesta al crecimiento

En un mundo en el que las tecnologías de la información han acortado distancias y diluido fronteras, la industria del póker en línea no podía ser la excepción. En países como Chile, Uruguay o Paraguay, donde existen vacíos legales o áreas grises alrededor de este mercado, las empresas siguen operando sin que los beneficios lleguen a todos los involucrados, especialmente a gobierno y sociedad.

Es más que evidente que América Latina tiene un gran potencial: se estima que esta industria puede alcanzar una tasa de crecimiento anual compuesta de 18.4% para los próximos cuatro años. Una oportunidad inmejorable está sobre la mesa para la región latinoamericana, y estamos seguros que será cuestión de tiempo para que se materialicen los beneficios.